Cruceros y expediciones a la Antártida

La mejor época para visitar la Antártida es durante el verano, de noviembre a marzo, cuando las temperaturas son más suaves, la fauna está más activa y la luz del día dura casi 24 horas.

La mayoría de los cruceros duran entre 10 y 20 días, según el itinerario, e incluyen salidas desde puntos como Ushuaia (Argentina) y escalas en las islas circundantes.

No se requieren vacunas específicas para la Antártida. Sin embargo, es aconsejable gozar de buena salud, ya que los servicios médicos son limitados. También se recomienda consultar con el médico, sobre todo si se padecen enfermedades preexistentes.

Podrá contemplar una gran variedad de fauna salvaje, como pingüinos, focas, ballenas e innumerables especies de aves como albatros y petreles.

Sí, el Sistema del Tratado Antártico protege la región. Se suele informar a los visitantes sobre las pautas de impacto mínimo, como no dejar nada atrás y no acercarse demasiado a la fauna salvaje.

Lo esencial es ropa impermeable y cortaviento, prendas térmicas en capas, botas impermeables, guantes, gorros, gafas de sol, crema solar y prismáticos para ver la fauna.

El Pasaje de Drake, que une Sudamérica con la Antártida, puede ser duro y provocar mareos a algunos. Conviene tener remedios contra el mareo o consultar al médico antes del viaje.

La mayoría de los cruceros incluyen desembarcos en zodiac en el continente antártico y las islas cercanas, lo que permite a los pasajeros pisar tierra, observar la fauna y, a veces, visitar estaciones de investigación. Explorar la Antártida, la última tierra virgen del planeta, es el sueño de muchos. Los cruceros y expediciones a este reino helado ofrecen una oportunidad inigualable de contemplar de cerca su belleza prístina, su rica fauna y sus majestuosos paisajes helados. Antes de embarcarse, una preparación minuciosa y el conocimiento del viaje garantizarán una experiencia única en la vida.